viernes, 11 de junio de 2010
SIMCErémosnos...
Meditaciones.
Todos sabemos a la hora de medir la temperatura ambiental, no es lo mismo la sensación térmica que usar el termómetro, el SIMCE, es un sistema nacional que mide la calidad de la educación, nada bien, se han hecho esfuerzos importantes para mejorar nuestro drama educacional, se a estudiado hasta el hartasgo el problema y el avance es tortuguesco, en una década hemos subido dos o tres puntos y nada mas, ni hablar cuando somos medidos por pruebas internacionales, nos ganan por goleada.
Todos opinan en educación, se multiplican las recetas, se invitan directores de escuela a la TV, "exitosos", que arrastran la ch al hablar y no dicen nada especial pero funcionan, tienen lista de espera, se dan el lujo de cancelar matrículas a la menor falta al reglamento draconiano institucional, el temor sobrecoge a las familias de quedar fuera de dicho templo del saber y con ello la condenación estudiantil, otras escuelas cuidan con algodones los niños prioritarios que son los que mantienen a los profes, pagan mas por ellos, no importa mucho si los docentes pierden la batalla del aprendizaje con conductas que en los top/simce no durarían ni un segundo.
La cuna (origen socioeconómico) ya los condena, se dice que un niño pobre entra al sistema educacional con mas o menos 300 palabras y un niño de condiciones socioeconómica media alta 3.000 palabras, no hay comparación ninguna, se sabe que hay factores que inciden en la educación: El capital cultural/ su origen, la gestión de la escuela; la calidad del profesor, la familia...en mayor o menor grado están presentes en las escuelas que han logrado avances significativos.
El gobierno actual quiere ranquear las escuelas, marcarlas por rendimiento Simce, pero se olvida que hay factores múltiples que pueden relativizar el rendimiento de una escuela, se quiere replicar los colegios top, que son como 2% nacional en áreas vulnerables,pero la evidencia a demostrado que no se pueden replicar modelos como quien da una receta,en este espíritu cabe preguntarse ¿que hacen los colegios exitosos en sectores vulnerables?, la mayoría tiene una estratégia simple: Invierten en gestión, propaganda, imagen corporativa, una vez conocidos en la comuna, comienza la discriminación-la poda, escogen lo mejor de lo vulnerable,(aunque la ley SEP diga lo contrario, se las arreglan para discriminar igual), eligen a los niños que les garanticen un buen SIMCE, y de paso el buen negociao', los niños con mala conducta y bajo rendimiento (que es la mayoría), sobreviven en otras escuelas a duras penas, pasar a rastras, súmele altas tasas de repitencia y deserción, otras Instituciones educativas de nivel superior que se dicen top viven del nombre, una alumna sobresaliente de la Universidad de Chile me contaba con hechos las pésimas profes con quienes tuvo que lidiar, (por lo menos en su carrera), claro es la Chile, felizmente esos estudiantes no necesitan de ellas…
miércoles, 2 de junio de 2010
Yo soy...
Soy Martín de profesor, soy Elba de piedad.
Soy milagro anglicano de Chol Chol.
Soy campo, praderas y margaritas.
Soy sonido de saltillos musicales y de esteros cristalinos.
Soy escuela, sagrada risa de recreos, tiza,pizarrón.
Soy refaladas `a patas´ en heladas de Abril.
Soy cuento crespusculario de un peón llamado Juan.
Soy hualle gris manchado, soy boldo perfumado,
avellano simétrico de verde, soy araucaria agradecida con sus brazos al sol.
Soy despidida, encuentro y transición.
Soy pueblo Imperialino, quietud y sol de atardecer.
Soy explosión de hormonas juveniles, del chao y del te quiero.
Soy distancia, cercanía del Creador, duda y fe al mismo son.
Soy cristiano inflamado por su amor.
Soy cariño, compromiso y canción.
Soy acierto y error, padre a duras penas.
Soy amigo, pastor contracorriente, barro y nada más.
Soy esperanza, fe y amor.
Soy siervo, atalaya, herido y sanador.
Soy libro, lectura, Biblia, Sabatiano.
Soy muerto, resucitado, armado y rearmado.
Soy músico frustrado, pintor, artesano y bailaor.
Soy pésimo administrador, de las monedas soy peor.
Soy hermano, tío, y cincuentón.
Soy perdido, hallado, conocido y pa callado.
Soy niño que sólo espera vida en el Creador.
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