sábado, 21 de agosto de 2010
Últimas fotografías.
Meditaciones...
El hijo de Del Bosque entrenador de la selección de España campeona del mundo de fútbol es trisómico 21, nadie la tiene gratis…
Una mujer deformada por su enfermedad a las caderas camina con muletas, canta precioso en las calles y plazas de Santiago, imposible quedarse indiferente.
Dos estudiantes hombres se juntan a las 7:00hrs a conversar a la pasada del metro por donde paso todos los días, fuman se miran y conversan como si el mundo no existiera a su alrededor.
Mi hijo Benjamín apoya su cabeza en el vidrio del bus se despide entre lágrimas después de la visita en vacaciones de invierno. Mi hija Javiera aferrada a mi que viaja con el dice que no va llorar para que yo no quede tan triste en Santiago.
Mi hijo Daniel aprobó todos sus ramos en la Universidad y practica su deporte preferido: dormir. Andrés con terno y todo trabaja en almacenes Paris, hace turno de conserje en la noche en el edificio donde vivimos los tres, instala muebles con un amigo mío cuando puede.
Sosa, un niño Peruano de la escuela donde trabajo es tan querible, lleno de ternura, me ve en el patio corre, me abraza, tiene un rostro tan dulce…
Observo a los estudiantes de sexto y parece que de repente aparecerá mi hijo Benjamín entre ellos jugando en el patio, los miro y parece que veo su rostro creciendo…
Me rodea el amor de la gente que nunca pensé, la iglesia donde asisto muestra todo lo bueno que pueden ser las personas cuando quieren serlo.
Una mujer setentona se sube al transantiago tan distinguida ella, vestida en el tono, maquillada con sencillez, bajamos al mismo tiempo del bus me sonríe educadamente cuando le cedo el lugar de la bajada, muchas féminas no sólo son mujeres llegaron a ser damas.
Una pareja añosa y gordita están delante de mí en el bus, el la lleva abrazada por el hombro y la sujeta con ternura con su mano tosca y grande en los virajes bruscos de la micro, contigo pan y cebolla parecen decir.
Seis vagabundos conversan en una esquina donde a veces voy por una colación, marcados por el sol, la bebida en exceso, con poca dentadura, uno que otro “choclero”, inmensamente abandonados a su suerte…y fuimos hechos poco menor que los dioses… ¡con que facilidad nos perdimos del camino original unos de una manera y otros de otra.
Se abren puertas que nunca pensé y se cierran otras que parecían siempre abiertas, nos vamos soltando de unas cosas y aferrandonos a otras, soltar y aferrarse es parte del desafío de vivir.
Me miro hacia adentro veo que me voy ampliando a la vida y oteo sus colores más nítidos a pesar de la presbicia, me muevo mas lento porque estoy apurado, menos ansioso, espero que el ángel mueva las aguas para lanzarme, miro hacía arriba y digo: Dios es lo mejor que me pudo pasar.
José H. Mulato Henríquez.
¡Gloria al Cristo que todo lo hace tan bello!.
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