martes, 10 de marzo de 2009

Ni tan malo...

Meditaciones.

Los conflictos humanos traen consigo nuevas circunstancias que con sabiduría y humildad se pueden recibir como “bendiciones”, no es que se busquen problemas para atraer “bendiciones”, sino que se puede sacar de lo dramático/trágico si se quiere, nuevas experiencias que nos ayuden a mantenernos vivos

Jacob tuvo una vida conflictuada desde el inicio, al parecer se ganó el favor de su madre que precipitó una separación dolorosa con su hermano Esaú, por meros intereses materiales, felizmente pudieron re’encontrarse tiempo después. Cuando José ya en Egipto a cargo de la hacienda pública de faraón, pide a sus hermanos traer a Benjamin, el Exclama: “¡contra mí son todas estas cosas!”. El Génesis nos presentan cinco familias como retratos de todas las familias del mundo y con ello su interés y por cierto la importancia que le asigna a las relaciones humanas y lo difícil que son, de hecho 48 capítulos del Génesis se ocupan de este tema, Matrimonio/familia.

Un hijo que se va, se muere, casi se ahoga en una piscina, se ahoga, se accidenta, nos pone freno a la vida, puede traer un remezón a una familia orientada en otros sentidos, puede unir a sus integrantes, devolver la fe perdida omnubilada por los hábitos de vida “normal”, un descubrimiento triste al interior de una familia puede hacerlos mas solidarios con los que sufren, he recibido especial misericordia de aquellos que tiene mas cicatrices que medallas; un sueño perdido puede devolvernos la humanidad tan frágil en que estamos envueltos; una derrota estrepitosa, puede romper esa pesada armadura del orgullo que nos hace andar a rastras, temerosos, procupados del puesto, anhelando el centro de todo, neurotizados por no perder en nada y quedar bien puestos en todo, cuando realidad deberíamos volar libres de todo ese peso tonto del orgullo.

El éxito continuo es tan difícil de soportar como el fracaso continuo, dicen que el ego de Neruda era tan grande como su poesía, el ser humano caído no soporta estos extremos, sin caer en el desequilibrio, lo mejor que podemos hacer es inclinarnos, para que en cada una de las circunstancias que sucedan a nuestro alrededor nos encuentren con la serenidad de espíritu de los que han tomado conciencia de su fragilidad y buscan humildemente el mejor camino posible.

Con la separación de los padres los hijos sufren, no obstante una dosis de sufrimiento a todos no hace bien, las fantasías edénicas en este mundo siempre terminan mal, los separados pueden dejar atrás una vida de conflicto, recuperar un poco la suya, nuevas oportunidades de redimirse y ser redimido, liberarse de relaciones de dominación, restablecer su dignidad, romper la frustración y el desencanto, sanarse de la amargura de relaciones duras, terminar valientemente lo que no debió comenzar, no todos aciertan, aunque todos quieren que le vaya bien en la primera vez, nadie en su sano juicio quiere separarse, en muchos casos es la alternativa que queda, y nada mas, por eso Jesús fue tan delicado y comprensivo en este tema, (Moisés tuvo que legislar para la separación, aunque el ideal es para toda la vida), pueden despertarse nuevos cariños de amigos, familias que estaban dormidos, porque ya era rutinario que siempre estuvieras "bien", puedes rodearte de gente que ha pasado por lo mismo y comprenden tan bien todo, con esa delicadeza de los que saben de que se trata, de la herida también sale la vida, si somos tan sólo humildes en nuestros errores podemos aleccionarnos constructivamente, Hendel estaba paralizado del lado derecho completamente quebrado y abandonado cuando compuso el Mesías, no olvidemos que para ver el arco iris se necesita la lluvia y sol.

José Hernán.