Meditaciones.
• Se inspire en la persona de Jesús, ni siquiera en su doctrina, menos en su ideología, después de todo, el cristianismo se trata de una persona.
• Una Iglesia que cultive la verdad de nosotros mismos, de la vida, del mundo, todos necesitamos ser confrontados con la verdad.
• Una Iglesia redentora, salvadora, de la miseria humana, una comunidad del perdón, y la búsqueda incesante de la restauración.
• No sea perfecta, pero honesta, capaz de auto corregirse en el camino, donde se priorice la persona y no los sistemas religiosos.
• Una Iglesia que aprecie la alegría y la contemplación de la vida en todas sus expresiones.
• Una Iglesia carismática donde todos se expresaran de acuerdo al regalo que Dios les dio, donde el mayor es el que sirve para el bien de los demás.
• Una comunidad profética que denuncie los males de este mundo y muestre luces de esperanza.
• Donde se respete los derechos humanos y la libertad de conciencia fundados en la Biblia.
• Una Iglesia abierta a todo o bueno de este mundo y de la cultura, donde cada uno libremente pueda examinarlo todo y retener lo bueno.
• Que cultive cosmovisiones cristianas de la vida y no se quede en moralismo sectarios, que enfatice el principio y no la forma.
• Que aprecie todas las expresiones auténticas del cristianismo y respete otras manifestaciones humanas de bien.
• Que lea la Biblia sin los lentes denominacionales, en bruto, como está, sin manipulaciones justificadoras de las doctrinas institucionales de las iglesias.
• Que Confiesa creer en Dios Padre, Hijo, Espíritu Santo.
Una Iglesia así es irresistible…
José Hernán.