Meditaciones.
Ayer se cortó la luz en el barrio, nos sentamos a conversar sin interrupciones de nosotros mismos, intensamente recordamos los momentos lindos que nos ha dado la vida, las imágenes que van con nosotros en el disco duro, les conté historias de la vida como siempre piden que lo haga, con nombres ficticios para proteger a los inocentes, pero son reales, salvos las que fueron bajo secreto pastoral, la palabra se hizo presente sin el terrible chat, ni el atontamiento de la TV., sin nada mas que nosotros mismos, totalmente nosotros.
Llamé a mi hermano mayor que bordea los 60 años vive en Nva Imperial me dijo: “aquí estoy en Molco Alto (un sector rural), esperando a unos borrachos para llevarlos al pueblo” era tarde, estaba oscuro, pensé en él y como le cuesta ganarse la vida en su taxi, me acordé cuando éramos chicos, el fue mi guía, me enseñó a pescar, a sentir el primero tirón frenético de un salmón que nos llenaba de adrenalina, a tirar con onda con elástico, un palo en u y una talonera de cuero de un zapato viejo, era seco, donde ponía el ojo ponía la piedra, hoy nos decimos hermanito, empujados por la vida nos hicimos pequeños otra vez, que buen hermano tengo, un moreno pecoso envuelto en puro cariño.
Bajé cabizbajo (parece) del cerro Yungay hacia el plan en Valparaíso, un cuidador de autos que me ubica a la distancia me dijo: “ánimo mi rey”, no es gay, ni yo tampoco, es tan sólo un lenguaje coloquial, cercano, unos días después hablé con el, y le di gracias por percibir a un extraño en sus preocupaciones, mirarme, acercarse a mi, gritarme de la vereda de en frente en medio de tantos, hoy casi somos amigos, como no serlo con personas tan sencillas pero solidarias, el saludo es distinto.
Fui a una feria de cachureos, unos jóvenes llenos de cariño venían en medio de multitud abrazando a los que quisieran con letreros “no le costará nada, tan sólo una abrazo”, ¡vaya! si somos todos hermanos, me abrazaron, en verdad, me rodearon, me llenaron de cariño, me emocionaron, esta es la otra juventud que no sale en la crónica roja, ya no soy tan loco como antes para no recibir un abrazo de extraños, ojala que esos jóvenes dirijan el mundo.
Escuche el violín de una pieza clásica, uno de mis instrumentos favoritos, se parece tanto a las golondrinas del campo donde pasé mis primeros años, tan fino y profundo, en esos tonos menores resulta emocionante, imposible no ser tocado a fondo, mientras escribo escucho una canción clásica ochentera, que dice “todos dañamos y nos dañan alguna vez pero no cruces los brazos”.
Ayer visité a mi hermanita que andaba en Viña, el próximo sábado estaré con mi otra hermanita en Santiago, tengo dos hermanas de lujo, que buenas hermanas tengo, nunca pensé que me querían tanto, o no tuvimos la ocasión que nos regaló el dolor para saber la profundidad de nuestro cariño de hermano, me miran, me abrazan se dan a mi sin condiciones ni reprimendas, me acompañan, me buscan me dejan caer cerezas en el camino como el cuento de la “Herradura vieja” que nos contaba papá, a lo mejor para que no encuentre tan largo el camino a casa.
Estoy leyendo a Tony de Mello, una clásico de espiritualidad cristiana, leo al azar los temas, en uno de ellos dice:”el honor no significa nada, es un convencionalismo social, por eso a los profetas el honor o la desgracia no les importaba en absoluto, vivían en otro mundo…el éxito o el fracaso nada significaba para ellos.” ¡rechanfle¡ digo yo, que lejos estamos del mundo de los despiertos.
Con mi hija Javiera y Cristian ( alias Tatán) mirábamos el mar, cada ola única, distinta, dibujaba ante nuestros ojos las mas bellos figuras parece que sabían que inevitablemente morirían junto a la playa, justo ahí donde empezamos nosotros, tenían pocos segundos para mostrarse majestuosas como ese día, furiosas pero hermosas, se extendían enteras como un lino fino en la arena hasta que otra ola recogía sus restos para llevárselos al mar nuevamente y volver a insistir y volver a morir, ¡que generoso es el mar, cuanta vida fluye incesante, como se nos ofrece entero a nosotros!.
Yo se quien está detrás de todo esto, hace tiempo que lo tengo pilladito, es Dios no puede ser otro, es demasiado bello para ser un ente humano solamente, tiene que ser el Dios de la Biblia, es Dios, seguro que es Dios…
José Hernán.