miércoles, 29 de septiembre de 2010
Fotografías II.
Meditaciones.
Una mujer chilena/latina mira a su hijo y lo acaricia con tanta ternura, las madres latinas son tan madres, profundamente madres, reciben hijos hasta de violaciones, ese radar ultrasensible que le regaló Dios a las mujeres para adornar la vida de manera tan extraordinaria desde la cuna… (por lo menos a la mayoría).
Un malabarista con clavas de fuego en una esquina lucha por mantenerlas en el aire y recibirla en sus manos, pero fracasa en el intento, mientras los segundos del semáforo lo sentencian, no pide monedas, el trabajo no a sido bueno, sus manos negras con la parafina y hollín, sudoroso y emparafinado (con parafina), duro el camino de la autodeterminación en una sociedad estructurada.
Una mujer mayor del block donde vivo, vende cosas de casa, fuimos a ver que nos servía para el departamento nuestro, nos llevamos sábanas, toallas, y adornos pequeños, nos hicimos amigos, en dos segundos me contó su vida, su marido murió hace poco tuvo tres mujeres con ella y se mantuvo al lado de el, le hice la pregunta, ¿Qué hizo con los celos?, me dijo: el amor no se compra, a veces no sabemos perder, habían otras cosas mas importantes que yo fuera la reina, y la libre decisión de estar con el, era un buen hombre me dijo… ya sé, muchas le dirán tonta…puede ser, a lo mejor los tontos son los otros propietarios(as) furiosos de la vida del otro, (por si aca no promuevo la poligamia)…
Una mujer pequeña del tronco de Arauco trasplantada a la ciudad cree que soy solvente, me pide plata casi todas las semanas me la paga la otra semana, es del sur, con “marido” en la construcción dado al mosto barato, el dieciocho para ella no tiene nada de agradable, es mas resulta un martirio, ella dice contrariando al Temucano, no me gusta el vino por que es malo se lleva todo lo bueno que puede haber en mi familia.
Unos estudiantes se suben a mi flota donde viajo cada mañana, llenos de risa y alegría, era un curso completo de esos municipales 45 adolescentes, allá el fondo el profesor, él último en subir, tan llenos de vida, de alegría, de amistad, llenos de todo lo que nos regala vida a la altura de los 17 y que veces lo perdemos y cuesta recuperarlo, felizmente podemos resucitar muchas veces….
Me detuve a observar unas fotos gigantes en el metro donde hago trasbordo en algunas oportunidades, eran tan reales parecen que se movían, tan bien elegidas de la geografía chilena, predominaba el ocre, miraban intensamente, pero lo mas hermoso de las fotos es que eran personas comunes como Ud. y yo. Y no esa fealdad de las bellezas construidas apunta de cirugía y silicona.
Dos pololos (parece) caminaban furiosos se lanzaban miradas de odio a pesar de ir de la mano, ¡que manera de tenerse rabia en medio del amor!, un matrimonio (parece) caminaba en forma rápida y paralela después del trabajo, no se tocaban un centímetro, ignorarse era la consigna, seguramente raudos a su hogar y seguir la mocha que se venía, nada fácil de entenderse con el otro, cargados de mitos, espejismos e idealismos que en la mayoría de los casos no funcionan, pero seguimos contra toda evidencia corriendo el riesgo que nos hagan pebre el corazón: amar y ser amados.
José Hernán.