martes, 10 de enero de 2012


Armar un nidito…

Nada fácil armar un nidito y sostenerlo en el tiempo, somos muchos, una multitud de golpeados, machucados heridos por intentarlo, de a poco se va entendiendo que las relaciones están confrontadas al cambio, que lo superficial se esfuma y queda lo básico de cada persona, que lo fundamental tiene que estar ya resuelto, que los adornos estéticos que lleva este o aquel no sirven mucho si no van a acompañados de valores reales y concretos, súmele las necesidades del día/día, y como dice el refrán: casarse no cuesta nada, la ollita es la condenada.

Otros dicen, depende lo que predomina en la compañía-amistad-amiguis-relación, matrimonio, algunos lo hacen desde las demandas, quiero esto o el otro, aquello, necesito tal o cual, no me diste las buenas noches etc; otros lo hacen desde el control, que se comporte como ellos piensan que debe ser, lo ven como una propiedad al otro, supervisan tiempos, amistades, trabajo; otros lo hacen desde sus carencias, pensando que el otro la va a suplir lo que les falta, de ahí el mito de las medias naranjas, pero no existen la medias naranjas, existen las naranjas completas que se juntan en ciertos puntos; otros basan su amistad-relación en la dependencia, se hacen adictos al otro, pierden su vida propia si es que la tienen, de ahí que algunos piensan "salvar" al otro, ahí caben los idealistas, muchas mujeres son como la madre del niño-hombre que nunca creció, la niña carenciada que hay que cargar; otros buscan seguridad que lo da una buena billetera, olvidan que “el corazón tiene razón que la razón no tiene”; otros ya tienen su vida hecha, los temas de fondo resueltos (nadie tiene todos los detalles resueltos), y buscan en otra persona puntos de unión, lugares comunes, espacios de encuentro, se hacen amigos, evolucionan, incluso algunos se atreven a casarse..

Esta estudiado el tema, las relaciones pasan por etapas, con distintas variables todos las viven: Enamoramiento, exaltación, promesas, idealización; Establecimiento, formalizan el vínculo, incorporan rutinas de funcionamiento común; Crisis, aparecen los formas de vida que no se vieron en el enamoramiento, valores, hábitos filosofías de vida, desgaste; re’encantamiento, si pasan la crisis, con este/esta me quedo, mas vale diablo conocido que diablo por conocer.

Súmele a esto los distintos temperamentos que todos tienen, colérico/flemático/sanguíneo/melancólico...por eso Salomón le dijo a Dios: no quiero ser un tonto con plata, dame sabiduría, la Biblia lo dice de otra manera: "Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón", las emociones son volátiles, terreno movedizo, te pueden hacer pasar un mal rato, precipitar decisiones que causen mucho dolor, las heridas pueden tardar en sanarse.

Agréguele la historia de vida de cada uno, la cultura, los gustos, la filosofía de vida, los enredos y desenredos de cada uno, cada uno trae lo bueno y lo malo de su familia de origen, fortalezas y carencias, hábitos y modos de ser, formas de hablar y de comunicarse, manías y rituales, familias monoparentales, nucleares y extendidas, abandonado, contenido, apapachado, padres guías/compadres/autoritarios, todo pesa a la hora de establecer vínculos amorosos con alguien, por eso que la mayoría se une entre la década de los veinte y treinta, cuando el idealismo domina los impulsos amorosos, sin embargo, algunos nunca dejan de ser soldados del amor a cualquier edad.

¡que entrete!.

José Hernán.