...ni razones, ni motivos, ni causas ni efectos, ni lecciones ni nada...las cosas suceden y en la mayoría de los casos no tenemos idea por qué, no existen los: si hubiera hecho esto o aquello, poco y nada sabemos del mañana de una hora mas suponemos que todo seguirá su curso.
Les pasa a la mayoría, buenos, regulares y malos, la diferencia la hace el significado que le dan a lo que sucede, un dolor arrollador algunos los hace revelarse, a otros agnósticos a otros humildes-entregados al buen Dios, pronto se olvida de la fragilidad de la vida, rápidamente se entra en el ritmo que mañana amanecerá, cuesta aprender amar sin hacer del sujeto amado un pequeño dios, comúnmente se cree que el dolor es siempre malo hasta que caen en cuenta que el dolor es un compañero de ruta, que no es necesariamente destructivo si se es humilde para vivirlo.
En silencio sujetos Cristo, sin prestar oído a las voces especuladoras, sin apartar la vista del mas Grande de todos, sin la ansiedad neurótica de los paganos porque la vida ya esta en Cristo, por que hasta el cabello de la cabeza está contado, es decir: caeremos cuando tendremos que caer, lo que en verdad nos es caer, es volar; de la mano de María su madre estoica a los pies de la cruz viendo morir a su hijo estrangulado en una cruz, sin aire, ya amoratado por estar colgado, la vida se le va lenta y dolorosamente, al lado del discípulo Juan, en la esperanza que en el drama, dolor y la herida también transita la vida con todo su esplendor, por que Dios no desperdicia nada.
José Hernán.