Meditaciones.
Crece la barriga, se ganan calorías, pan de pascua, cola de mono, árbol, viejo pascuero, regalos, cintas, cajas, luces, pavo asado y comistrajos varios, "pilchas nuevas", ruge el Mall, corren los autos, tiemblan las billeteras, tiritan las tarjetas, conciertos, música, ateos regalando, panoramas imaginando, colores verdes, rojo, amarillo; corren los padres, reclaman los hijos, los pobres miran y miran.
A diferencia de muchas otras religiones del mundo, el cristianismo se basa en una persona y no en una ideología; toda la Escritura gira en torno a Jesús y el imperativo para todos es parecerse a él y andar como él anduvo. La navidad del Latin natividad-nacimiento, es la fecha en que Dios se hace hombre,en un hombre concreto, llamado Jesús, los teólogos le llaman a ese hecho Encarnación, humanizarse como uno de nosotros pero no igual, con nombre y apellido.
Sin la visita de Jesús en un tiempo y lugar concreto, estaríamos descifrando las estrellas, tratando de ver cómo hemos de ser, sin un Jesús histórico y real estaríamos escarbando en la tierra, buscando huesos y piedras que nos dijeran algo del sentido de la vida, sin el registro de su vida miraríamos al mar y su horizonte infinito tratando de buscar un rumbo, sin Jesús, buscaríamos afanosamente entre los seres humanos pecadores, alguien para elevarlo a la categoría de santo y nos guíe un poco cómo deberíamos ser, o consultando a un brujo que nos diera una señal, desesperados tras las cartas que nos digan algo del mañana.
El relato bíblico del nacimiento de Cristo es tan breve y sencillo que lleva un doble mensaje, nació Jesús en un establo junto a animales, las profecías se cumplen copiosamente, los nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz, Hijo de David, Hijo del Hombre, describen su misión y conexion con nosotros, nos dice tambien algo que comunmente olvidamos: que la esencia de la vida está en las cosas sencillas y simples rodeadas de amor, nació entre animales, todo un reto para los que hacen de la navidad una fiesta de opulencia frenética...
José Hernán...